viernes, 30 de diciembre de 2016

Reseña: Cuento N3 de Doce Cuentos Peregrinos – Gabriel García Márquez



Si lo sé, me salté el cuento numero dos, pero es que en serio tuve razón de hacerlo. Me aburrió muchísimo, DEMASIADO. Es que no sé, no le veía el sentido o algo. Solo no me gustaba como avanzaba y no voy a desperdiciar una estrada a este blog poniendo una puntuación de cero sin otra razón que: me aburrió.




Entonces… el cuento numero tres.
Trata sobre el hombre que en el aeropuerto ve a una mujer bella de la cual se enamora, y al momento de entrar en el avión, la bella está sentada a su lado.

Este cuento me pareció…
Mejor dicho, si tuviera que definirlo en dos palabras serian: Hermoso y romántico
Es tan dulce que sentí como la diabetes se apoderaba de mí parte por parte.

¿Nunca les ha pasado en su vida que van en avión, en autobús (o colectivo), que están en el banco o en el centro comercial, y ven a una persona que les gusta? ¿Qué sienten en ese momento? es una descarga de amor, no de adrenalina, de amor. Es como si nada más importara que no fuera ella o él. Quién sea. Pero es así.
A mí me ha pasado muchas veces. Yo no puedo montarme en un autobús sin enamorarme, yo soy imaginariamente puto *se ríe descontroladamente*

Pero es algo real, es algo que pasa y te puedes imaginar en esa misma situación. Porque si no te ha pasado, prepárate porque algún día te pasará.
Aún me faltan cuentos por leer así que no sé si este es el cuento mas corto, pero lo parece.
Hay cuento mucho más largos en este libro y realmente hubiese querido que este fuera uno de ellos.

Hubiese esperado otro final, pero el que tuvo estuvo más que bueno: estuvo real y eso es mejor que nada.
¿De todas las veces que se han enamorado en el banco, en el avión, en el autobús, cuantas de esas veces se han atrevido a hablarle y establecer algo con la persona en cuestión?

Mi puntuación es de:
9.2 / 10
Muy bueno. Excelente.

¿Lo recomendaría?
A cualquiera que me pasara por enfrente.
Normalmente la mayor parte del tiempo no soy un gran fan del romance pero sin duda que este cuento me hace querer serlo.

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